“La mayoría de las personas fracasan de manera similar, mientras que las persona tienen éxito de manera diferente”
Nuestro objetivo es saber qué no funciona y eliminar así ese riesgo. Es lo que Taleb (2012) califica como vía negativa, es suma por resta. Si eliminamos los factores limitantes, podremos agregar factores positivos.
Siguiendo esta línea para mejorar a nuestros atletas o nuestro box como negocio, vamos a irnos a algo más básico: la pirámide de Maslow, esa pirámide en la que se representan las necesidades humanas.
Ahora pensemos en nuestro negocio,
¿cuáles son sus necesidades fisiológicas?
Esta será la base sobre la que se sustentará todo lo demás.
Con un ejemplo fácil podemos ver hacia dónde quiero llegar, miremos la pirámide de Maslow para saber qué mueve a las personas y ahora respondamos
¿será más importante añadir clases nuevas/crear eventos para ofrecer más servicios o asegurar que haya, por ejemplo, una correcta limpieza de las instalaciones?
Exacto, quizá estamos comenzando por el centro de la pirámide y hemos descuidado la base.
Como dueños de box montamos el centro por pasión a este deporte y ese es el motor sobre el que debemos apoyarnos. Ahora es momento de dar un paso al frente como empresarios y pensar, ¿qué necesita mi empresa, como empresa? Mi negocio, como negocio.
Algunas necesidades básicas que nuestro negocio debe cubrir son:
- Limpieza
- Atención al cliente
- Gestión económica
- Mantenimiento de material
Es cierto que un box cuando comenzamos hace años se presuponía como un espacio al que se iba a sudar y cuanto más sucia terminaba la camiseta más habías entrenado.
Hoy en día es un espacio de entrenamiento con una categoría de exclusividad. Es un deporte de un precio medio-alto comparado con otros como un gimnasio convencional. Por tanto, nuestras instalaciones deben cubrir esa expectativa dirección precio.
La atención al cliente es uno de nuestros puntos fuertes, por supuesto, somos entrenadores apasionados y por tanto nos dedicamos al 100% a nuestros usuarios y a saber cómo están.
Sin embargo, ¿alguna vez dejamos una clase vacía porque no hay nadie en recepción? Claro, un dueño de box no se puede permitir comenzar con una persona en recepción por lo que el dueño de box es el: entrenador, diseñador, recepcionista, limpieza, marketing, psicólogo…
¿Hasta cuándo? Hasta que algo nos demuestra que esto nos está afectando realmente, por ejemplo, llega un box al lado, quizá con mayor inversión de la que nosotros pudimos poner en un inicio o quizá simplemente con unas características diferentes «X» e incluye ese tipo de servicios cubiertos.
Entonces decidimos dar un cambio y re-invertir en lo que sabíamos que no estábamos haciendo al 100%.
La vía negativa será subsanar esos factores que nos limitan a avanzar.
En el mismo campo de la atención al cliente encontramos la gestión económica, una de las primeras partes que es importante delegar en un profesional para poder dedicarnos a lo importante:
nuestro centro, nuestra comunidad.
Una de las partes más infravaloradas cuando comenzamos y más desatendidas hasta que llega el trimestre y de pronto “tengo que presentar más facturas”. Pero incluso podemos dar un paso atrás, a ese momento «montar el box» cuando establecemos unas tarifas y unos precios, unas ofertas para que «venga más gente» pero, ¿hemos tenido en cuenta puntos importantes como nuestra tarifa media?
Algo que debemos tener siempre previamente estudiado y asegurar que ninguna oferta rompe es la «tarifa media que puedo tener como box para que con el menor número de usuarios que espero tener, cubra las necesidades económicas del negocio». ¿Cuánto de barato es demasiado barato?
Cada centro decide cuál es la batalla a librar, desde TN apostamos por la batalla de la calidad pues la de precios es fácil perderla.
Cuando tienes tus instalaciones llenas y ves que sigues sin poder delegar ciertas cosas o tu trabajo no se está viendo tan remunerado como debería entonces es cuando toca volver atrás, mirar dónde cometimos ese primer error y encontrar el modo de subsanarlo. Ninguna tarifa debe romper esa homeostasis que nos asegura el equilibrio exacto.
Y por último, sólo de nuestra lista pues esto sólo es un ejemplo y cada centro podrá añadir sus necesidades fisiológicas siempre basándose en la pirámide de Maslow,, el mantenimiento de material.
Esa bike que lleva semanas sin encender el monitor, esa barra que chirría… Ese “loquesea” que cada vez que un usuario coge piensas “tengo que arreglarlo…” pero pasan los meses y no, claro que no, eres entrenador, recepcionista, economista, limpiador, publicista…
¿también de mantenimiento? Claro.
Así llegamos a una conclusión básica inicial:
Debemos aprender a delegar para progresar. Priorizar para avanzar. Restar para sumar.
El centro va mucho más allá de dar unas clases magníficas.
Tiene unas necesidades fisiológicas básicas que cubrir para tener una base sólida.
¿Cómo contar a nuestros usuarios que nos tomamos en serio su salud con unos vestuarios que raspan el aprobado?
Hagamos nuestra propia lista de necesidades fisiológicas y trabajemos sobre ella.
Eliminemos los factores limitantes.
Deleguemos y enfoquémonos en dar nuestro 100% en cada peldaño.
Antes de añadir: restemos para sumar.
Para finalizar, no olvidemos que estas líneas sólo son un pequeño apunte sobre nuestras necesidades como empresa, no tanto de nuestro usuario (aunque como hemos visto influyen directamente) pues cuando un usuario accede a nuestras instalaciones lo hace a partir de la mitad de su pirámide. Somos su parte de «afiliación, reconocimiento, autorrealización» somos salud, sí, pero somos el sector servicios y eso es lo que van a buscar en nosotros. Esas son las necesidades que desean cubrir en nuestras instalaciones.
Por ello, una vez hemos cubierto nuestra base de la pirámide, es hora de buscar completar esas necesidades que nuestros usuarios quieren rellenar cada día con nosotros.
Es hora de dar un paso al frente, cada día.